Están los finales desagradables, esos que a uno no le gustan, pero que tienen algún sentido con el desarrollo de la obra.
Pero un mal final malo es mucho mejor que un engendro que se ve cada día mas en la televisión, la ausencia de final, la mutilación de la historia en cualquier lado.
¡¡Cómo me amargan los finales que no lo son!
No queda más remedios que llamarlos así pues representan la última parte de una historia, pero están lejos de ser una conclusión pensada con todas las letras.
En el caso de las series de tv estos finales abortivos son más dolorosos aún con esa fea costumbre de crear situaciones de tensión y plantear interrogantes en el último episodio de una temporada. Que en teoría deben servir para enganchar al televidente para la que sigue y hacerlo esperar su continuación con ansias, pero que en la práctica implica que no se termina lo que se contaba.
Estas castraciones haciendo las veces de cierres, no concluyen nada y son el peor final posible de algo. Terminan siendo engendros que no sólo lo terminan de cerrar la historia sino que además plantean dudas y no las resuelven.
Estos abortos argumentales son una falta de respeto al seguidor de la historia, un sopapo en la cara al seguidor de la misma, un desprecio a quien dedicó horas a seguir el hilo de la narración.
Aborto narrativo de la segunda temporada de Terminator: The Sarah Connor Chronicles
Acabo de terminar de ver los 22 episodios de este segundo año y como no fue renovada eso parece ser todo para esta serie.
En general me atrajo, ¿quién puede resistir la combinación de ciencia ficción con mujeres atractivas artilladas y a los tiros? yo no.
El primer año fue pasable y último episodio de 9 no concluyó la historia , planteó una explosiva intriga, que se vio develada en la segunda temporada.
La continuación implicó seguir 22 programas más. Y uno, cuando ve el último episodio entiende por qué los de Fox en Latinoamérica los fueron saboteando y quitando del horario central, escondiendo la emisión en la madrugada de algún día.
Una de mis mayores críticas en el transcurso de la serie es la falta de ritmo del argumento, el desvío en historias menores que no hacen a la trama principal.
El hecho que hubiera dos historias paralelas, por un lado los Connors y la terminator, y por otro un policía y una empresaria robot líquida que se hace pasar por humana, que no se vinculan casi en todo el relato, para mí degradó la serie.
En Carnivàle pasa esto mismo pero los protagonistas están vinculados desde el principio, acá, en la segunda temporada van más como dos historias paralelas y uno no sabe de que va la segunda.
En los episodios finales las tramas confluyen y se introduce un giro interesante en el universo Terminator, hay facciones de robots, el bando metálico no es uno solo.
Si uno suma que durante la serie se va preguntando para qué me cuentan algo que quizás lleva todo un episodio, si luego no influye en nada en la trama importante .... y además el episodio final no está pensado para serlo sino para plantear más intrigas introduciendo cambios radicales entre los protagonistas, el sabor que queda en la boca es amargo.
Resumiendo el final no existe, se plantean muchas intrigas, no se responden las planteadas en las dos temporadas dejando demasiados cabos sueltos, y la historia no cierra para nada.
En los últimos minutos le dan un giro que implica romper el vinculo madre-hijo entre Sarah y John.
Además
lo que hacen con la terminator encarnada por Summer Glau es triste.
En definitiva un episodio final que en lugar de concluir algo lo deja abierto, no termina la historia, la deja amputada y sangrante, y además plantea nuevos desafíos que no tienen solución.
Como seguidor quedé con un gusto amargo, un sabor que en Fox saben como repetir una y otra vez.
La serie para mí se dejaba ver, no era de lo mejor pero entretenía, aunque el relato no era muy atrapante.
Pero el aborto narrativo del último episodio es bastante lamentable.
Así que si no la siguieron en los 31 episodios que tuvo, no se perdieron gran cosa.
