Aunque reCAPTCHA suena como un insulto, en realidad es un sistema para identificar a personas y distinguirlos de los programas informáticos que simulan ser usuarios.
CAPTCHA viene de Completely Automated Public Turing Test To Tell Computers and Humans Apart, lo que en criollo sería algo como Test de Touring Completamente Automatizado para Distinguir a Humanos y Computadoras, lo inventaron investigadores de la universidad de Carnegie Mellon en EEUU el primero en usarlo fue Yahoo en el año 2000.
En el 2009 Google compró reCAPTCHA que es una empresa que da este servicio gratis. El anuncio en el blog de Google por acá.
Lo sorprendente para mí fue conocer que usan este servicio para digitalizar textos.
Una de las dos palabras distorsionadas que aparecen al usar reCAPTCHA viene de un texto que ha sido escaneado.

Cuando se digitalizan textos con Reconocimiento Óptico de Caracteres, (OCR en inglés), hay fallas, no se reconoce bien todo lo escaneado.
En el propio sitio web oficial informan como trabaja.
Traduzco:
reCAPTCHA mejora el proceso de digitalización de libros al enviar palabras que no pueden ser interpretadas por computaodoras a la web en la forma de CAPTCHAs para que los humanos las descifren. Más específicamente, cada palabra que no puede ser leída correctamente por OCR es puesta en una imagen y usada como CAPTCHA. Esto es posible pues la mayoría de programas de OCR te alerta cuando una palabra no es interpretada correctamente.
Pero si una computadora no puede leer un CAPTCHA, ¿cómo sabe el sistema la respuesta correcta al acertijo? Aquí cómo : Cada nueva palabra que no puede ser leída correctamente por OCR es dada a un usuario en conjunción con una palabra cuya respuesta es conocida. El usuario debe leer ambas palabras. Si resuelve aquella cuya respuesta se conoce, el sistema asume que la respuesta es correcta para la nueva. El sistema entonces da la nueva imagen a un número de otras personas, para determinar con mayor precisión , si la respuesta original fue correcta.
Tomado de acá.
Incluso ponen ejemplos de como se complican las cosas con algunos textos antiguos o poco definidos.
Me recordó mi charla de hace unos días, este artículo en La Nación.
¡Muy ingenioso!!