EEUU , torturaban con música

Acá se tratan los temas de interés general.
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Yenki
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EEUU , torturaban con música

Mensaje por Yenki » Vie Dic 23, 2005 9:32 pm

Han salido a la luz algunos métodos de tortura que los autoconsiderados paladines de la democracia usaron en cárceles de Irak y Guantánamo.
Un informe de la organización Human Rights Watch denunció que "los detenidos fueron encadenados a la pared durante semanas en la oscuridad" y a veces "colgados en el aire". Y todo ese tiempo "fueron sometidos a escuchar música rap y heavy metal a todo volumen".
En la Bahía de Guantánamo , Eminem, Britney Spears, Limp Bizkit, Rage Against the Machine, Metallica y Bruce Springsteen ("Born in the USA") han sido reproducidos a volumen que entumece la mente, algunas veces por períodos de hasta 14 horas a los detenidos.

En Abu Ghraib, Saddam Salah al-Rawi, un iraquí de 20 años, durante 4 meses, sin razón, fue encapuchado, golpeado, desnudado, orinado, atado a su celda por manos y pies. También él habló sobre la música como arma. "Había un estéreo adentro de la celda" dijo, "con un sonido tan alto que no podía dormir. Estuve asi por 23 horas".

Usualmente eran temas de rock metálico o hip hop, pero también había elecciones retorcidas como I love you del Dinosaurio Barney, o canciones de Plaza Sésamo.

Miren el grado de facismo de los matones globales yanquis,
Ninguno de los artistas cuya música se usó para torturar protestó. James Hetfield, cantante de Metallica, hasta se mostró "orgulloso" de que sus canciones resultaran "culturalmente ofensivas" para los iraquíes.

No sólo los rockeros sostienen esta postura. Charles Krauthammer, columnista de The Washington Post, egresado de Harvard, premio Pulitzer y respetado psiquiatra, escribió en el semanario neoconservador Weekly Standard que "colgar a un hombre de los pulgares no sólo es permisible sino un deber moral" si se puede obtener información sobre un atentado terrorista.
En un revelador artículo titulado Infierno Disco, Moustafa Bayoumi cuenta que esto de hacer escuchar música a volumen sumamente alto a los prisioneros es parte de lo que se da en llamar "tortura ligera".

Traduzco:
Tortura ligera es una calculada combinación de medios psicológicos y físicos que para en seco las causas de muerte y supone poco riesgo de que reveladoras marcas físicas queden detrás, pero no obstante pueden causar trauma psicológico extremo. Está diseñado para privar a la víctima de sueño y para causar sobreestimulación masiva sensorial, y has mostrado en diferentes situaciones ser psicológicamente insoportable.

En esta nota menciona también la complicidad de los medios estadounidenses que al conocer los hechos los consideraban como una maldad menor.

Traduzco de la nota de Bayoumi en thenation.com:
Ex interrogadores del Campo Deltan en Guantánamo describieron sus métodos a el New York Times. Estos incluían engrillar los detenidos al piso, arrancar el aire acondicionado y forzarlos a soportar luces estroboscópicas con música rock y rap sonando a volúmenes atontadores por insoportables largas sesiones. " Los freía" dijo uno. Otro admitió que los detenidos quedaban " muy temblorosos. Regresaban a sus celdas y estaban completamente idos".



Cuando el escándalo de las fotos de los prisioneros torturados en Irak hace unos meses hubo una que fue difundida y pueden ver por acá, los calbles eran para pasar electricidad a través del hombre.

Bayoumi cuenta que un periodista de Vanity Fair buscó a quien creen que es el desdichado protagonista de la foto para que le relate su experiencia, entre los muchos abusos a que lo sometieron le pusieron un parlante enorme justo al lado de la celda con el tema Babylon del músico David Gray.
Cuando el periodista le dio al iraquí unos auriculares con una muestra del tema que se reproducía desde un Ipod, el árabe se los arrancó y empezó a llorar.
Yo busqué la nota lamada The Man in the Hood, y acá les paso la página donde se habla de esto. No la lean si son impresionables.


Bayoumi comenta que los estadounidenses no inventaron nada nuevo, en 1997 esto era una práctica habitual entre los israelíes y las Naciones Unidas llamaron a su prohibición, en la década del 70 fue usada por los británicos contra los detenidos irlandeses.
Cuando los norteamericanos invadieron Panamá en 1979, Manuel Noriega, el ex socio de ellos se refugió en la nunciatura, y los efectivos norteamericanos le pusieron temas como "We're Not Gonna Take It" de Twisted Sister.
En el 2004 en el sitio de Fallujah emitían Shoot to Thrill de AC/DC.

Para mí es muy distinto emitir al aire en una zona abierta que en una habitación cerrada.

Lo que destaca como innovación Bayoumi es el uso de la cultura norteamericana como arma, para torturar.

Además menciona que esto es una política aprobada por el Pentágono, y cuanta de memorándums de Donald Rumsfeld , (es el secretario de Defensa de EEUU, el que decide con el presidente lo que hace ese departamento), y de un Teniente General Ricardo Sanchez aprobando estas técnicas de interrogación más duras para los detenidos.

Por último una reflexión que describe la "moral cristiana" de la Administración Bush:
EE.UU., como otros países occidentales, han tolerado las torturas en varias ocasiones, desde El Salvador hasta Vietnam. La diferencia, explicó la ensayista canadiense Naomi Klein en The Nation, es que el gobierno de George Bush "exige el derecho a torturar en forma legítima, sin vergüenza, con nuevas definiciones y leyes".

Fuentes: una nota de Andy Robinson en clarín.com, de donde tomé las citas, y el el artículo de Moustafa Bayoumi en thenation.com.

Yenki
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Mensaje por Yenki » Vie Ene 30, 2009 3:09 pm

La Historia de un preso por 4 años en Guantánamo


El protagonista es un chino musulmán que fue vendido a las tropas estadounidenses por 5 mil dólares por chiitas paquistaníes.
En la actualidad hay unos 250 presos en la base naval de Guantánamo, divididos en nueve campos con diferentes niveles de seguridad. Desde su apertura en 2002, la cárcel ha albergado a más de 700 detenidos. En esos siete años, las autoridades militares sólo han presentado cargos formales contra 21 presos. Y tan sólo tres fueron condenados.
Pueden leerla en lanacion.com.

Chompiras
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Mensaje por Chompiras » Vie Ene 30, 2009 5:18 pm

Una de las primeras decisiones de obama fue cerrar guantanamo, y las carceles que tienen por europa; tambien dijo que los eeuu no iban a torturar mas. Hay que ver si lo cumple.

Yenki
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Mensaje por Yenki » Dom Jul 14, 2013 10:08 pm

Obama no cumplió Chompi, cada vez más lo veo cómo un republicano despreciable, se hace pasar por integrante del Partido Demócrata.



Abusos fascistas del gobierno estadounidense

Jalid Sheikh Mohamed es ingeniero mecánico graduado en una universidad norteamericana en 1986.
Es el autor intelectual confeso de los atentados a las torres gemelas.


Estuvo preso en Polonia en manos de la CIA.

Imagen
Mohamed fue sometido a duros interrogatorios en Polonia. Funcionarios y contratistas de la agencia lo obligaron a permanecer despierto durante 180 horas. También fue sometido a 183 simulaciones de ahogamiento.

Cuando la prisión en Polonia fue cerrada, en septiembre de 2003, Mohamed fue trasladado a Bucarest, a un lugar conocido como "Britelite". Pronto, la CIA estaba tratando de encontrar maneras de entretener a Mohamed mientras su valor para la inteligencia norteamericana disminuía. Allí, encadenado al suelo, Mohamed hablaba a los funcionarios de la agencia sobre su camino a la jihad, infancia y familia. Durante las sesiones se servía té y galletas.

Junto con los otros cinco detenidos en la cárcel de Bucarest, Mohamed recibía tareas sobre su conocimiento de Al-Qaeda, o "deberes", como los llamaban los agentes de la CIA. Y le daban barras de chocolate Snickers como recompensa.
Hace unos 10 años estaba preso en una prisión secreta de la CIA en Rumania.

La CIA los torturó a los árabes de forma de que los destroza psicológicamente.
Los terroristas acusados de Al-Qaeda Ramzi Binalshibh y Abd al-Nashiri, que también estuvieron detenidos en Polonia y Rumania con Mohamed, tuvieron problemas mentales. Al-Nashiri sufre de depresión y trastorno de estrés postraumático. Binalshibh está recibiendo tratamiento para la esquizofrenia con una gran cantidad de medicamentos antipsicóticos.
Los yanquis no querían que Mohamed se vuelva loco pues consideraban que podían necesitarlo en el futuro.

Por eso aceptaron su pedido de trabajar en un diseño de una aspiradora.
"No queríamos que se volviera loco", dijo un ex directivo de la CIA, uno de varios que hablaron a condición del anonimato, porque no está autorizado a hablar de las prisiones de la agencia, ahora cerradas.

Usando esquemas de Internet como guía, Mohamed empezó a modificar la ingeniería de uno de los electrodomésticos más cotidianos.
La historia en la nota El insólito plan para que no enloquezca el cerebro del 11-S


Cuando cerraron la prisión secreta de la CIA en Rumania en el 2006 lo llevaron a la base de Guantánamo donde aún permanece.

Trigodon
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Mensaje por Trigodon » Lun Jul 15, 2013 2:11 am

Estas cosas me ponen los pelos de punta. Y más cuando es algo no tan lejano como lo que contás Yen, que es increíble.

Yo te voy a traer un hecho que empezó en 1989 acá en Argentina, San Luis para ser exactos. Y pocas veces algo me caló tanto en los huesos como fue investigar un poco este caso (porque para el taller literario quizá escriba sobre él), y sabiendo lo mínimo, las minucias de esta locura, me da una sensación que me cuesta describir.

Es el caso de Nelson Madaf. Copio y pego un reporte periodístico que relata más o menos bien la cronología de lo que pasó. Hay muchos más detalles, pero está bastante bien detallado. Cuesta creer en cosas así.
Nelson Madaf dice que se va a matar. Habla de su muerte mientras ceba mates sentado sobre un catre sin colchón en un hueco que abrió en el monte a fuerza de hacha y machete.

Tiene 40 años, dice que pesa 60 kilos y todos sus huesos pugnan por escapársele bajo la camiseta rota y el pantalón doblado hasta las rodillas. Está con dolor de muelas y se lamenta de que los buches que hizo con pimienta y nafta no le calmaron el dolor. Cada tanto, corta los mates con un cigarro y con los tragos que le saca a una damajuana forrada en arpillera. "Los médicos me dijeron que tomara mucha leche", bromea con amargura.

En el último refugio que eligió para escapar de los demás, Nelson está acompañado por un burro despelechado, una víbora de coral que capturó y enrolló en un frasco, una honda, un trampero, un sulky viejo, una casilla de chapa plateada que se derrite bajo el sol de la siesta y una pava negrísima que parece recién robada del infierno.

Para llegar aquí, un campo sin nombre ubicado a unos 45 kilómetros de la ciudad de San Luis, hubo que abrir 11 tranqueras. Nelson Madaf se guarda en el monte, pero podría estar reclamando justicia encadenado al mástil de una plaza. Su historia conmueve y aterra.

El comienzo fue hace 20 años, la noche del 16 de octubre de 1989, cuando acompañó desde la escuela hasta su casa a una chica de 15 que le habían presentado hacía pocas horas. Él tenía 20 años. Nunca más la vio.

Cuando volvió a saber de Claudia Díaz ya habían pasado nueve años, la vida había dado una vuelta en el aire y ella era madre de cuatro hijos, embarazada del quinto, no tenía dientes y era golpeada religiosamente por su pareja, un hombre rudo que tenía seis hijos con otra mujer. Nelson, en tanto, había estado preso tres años y había sido torturado por un grupo de policías hasta que confesó que la había matado y enterrado en la banquina de una ruta. Descubrió que tenía sida, culpó e hizo encarcelar a otros inocentes como él y fue trompeado por un juez.

Culpable eternamente. Cuando Claudia, la asesinada, apareció en 1998 y debieron liberarlo, no le pidieron disculpas. A los pocos días juntaba cartones y botellas en las calles de San Luis para poder comer.

Recién 18 años después de su detención, en junio de 2009, y pese a su ostensible condición de víctima, la llamada Justicia de San Luis determinó que Madaf merecía que el Estado provincial le pagara una indemnización por destruirle la vida. Fijó el monto en menos de 350 mil pesos.

Su actual abogado Carlos Pereyra explica la cifra. "Cuando lo detuvieron, Nelson era empleado de una ladrillera. Lo indemnizaron como si esto fuera un juicio laboral. Si hubiesen torturado al hijo de un médico, le habrían pagado millones. Pero estos jueces se ríen de los ciudadanos y no creen que todas las vidas tengan importancia".

El calvario de Madaf no termina ahí. Pese a que se resolvió su indemnización, se dio con la noticia de que el gobierno de Alberto Rodríguez Saá no quiere pagarla. San Luis sancionó una ley, la 655, que obliga al Poder Judicial a afrontar las condenas contra el Estado con su propio presupuesto cuando los motivos "son actos o hechos del Poder Judicial". O sea, el Ejecutivo decidió castigar económicamente a los jueces que trabajan mal, y en medio de esa disputa quedó Madaf, eterna víctima del Estado puntano. "Ahora el Superior Tribunal tiene que decidir si pagan de su presupuesto o si debe pagar el Ejecutivo", dice Pereyra.

El dinero, tan lejano a Madaf en estos días agrestes en los que vive en el monte y se mantiene a mate, vino y pan, no deja de ser el motivo que lo mantiene vivo. "Yo ya estoy jugado. Pero antes de matarme, quiero ver bien a mi familia, quiero que ellos tengan alguna comodidad".

Nelson tiene 12 hermanos, casi todos mayores. Algunos también fueron apretados en los calabozos policiales puntanos para obligarlo a confesar el asesinato que no había cometido.

El puntano expiatorio. Luego de que Nelson Madaf dejó a Claudia aquella noche de 1989, la chica desapareció. Los años comenzaron a pasar, y en San Luis creció el reclamo por la inacción policial y judicial. Para colmo, los medios nacionales entregaban el ejemplo listo para copiar de las multitudinarias marchas de silencio que los catamarqueños realizaban por el asesinato de María Soledad Morales.

Cuatro años después, las autoridades sanluiseñas encontraron la solución: culpar a alguien. Ese alguien fue Madaf. Dijeron que llegó un anónimo a los Tribunales, que sirvió en bandeja una resolución para el caso: Madaf había obligado a abortar a la chica y luego la mató y enterró. Fin. Todos contentos.

"Primero –recuerda Madaf– me llevaron a una comisaría. Me quemaron las rodillas con cigarrillos –todavía tengo los ampollones. Me pegaban en la espalda con un cinturón con hebilla metálica. Luego me quebraron este dedo. Me echaron lavandina en los ojos. En las tetillas me clavaban agujas al rojo vivo y me las retorcían". Mientras cuenta, Nelson se levanta la camiseta, se arremanga el pantalón, gira, levanta un pie y se quita la alpargata, abre la boca, va ilustrando las consecuencias marcadas en su cuerpo de las primeras sesiones de tortura.

"Me llevaron al río Quinto, me ataron un motor a los pies y me tiraron. Casi me ahogo varias veces. Me metieron la cabeza en una bolsa y me patearon. Aprendí a hacerme el desmayado y a golpearme la cara fuerte contra el suelo para que creyeran que era cierto, si no, me mataban. Me ataban de las manos y me dejaban colgado de un quebracho. También me enterraban hasta la cabeza y me sacaban tirándome de los pelos".

Al final el talento policial dio sus frutos. Luego de que le arrancaran una uña con una pinza, Madaf confesó y señaló la banquina donde había enterrado a Claudia. "Mientras cavaban, empezaron a sacar huesitos y encontraron una campera. Yo pensaba ‘qué cagada, ahora falta que sí encuentren un muerto y me lo carguen a mí’". La confesión de Madaf, hecha a pedido de los torturadores, incluyó la acusación contra dos mujeres, Marina Garay y su hija Laura Godoy, quienes habrían realizado el aborto a Claudia antes de que él la asesinara.

Marina era enfermera y trabajaba en el Policlínico de San Luis. Laura había sido cuñada de Madaf y era compañera de Claudia en la escuela nocturna. Luego de salir de la cárcel, la madre perdió el trabajo y la hija no pudo volver nunca a la escuela. "Hasta el día de hoy nos gritan aborteras. A mi hijo lo bauticé en la cárcel y después sufrió horrores en la escuela. Nadie nos paga el sufrimiento que seguimos viviendo", dice Laura. Ambas esperan que la Justicia de San Luis alguna vez decida reconocerles una indemnización.

Mientras Claudia no aparecía, su madre se convirtió en una celebridad. Vista la inactividad judicial, se inscribió en un bachillerato de técnicas de investigación policial, empezó a salir disfrazada y con un grabador oculto a recoger testimonios por los barrios difíciles para acercarlos a la Policía, estudió derecho penal, toxicomanía y nociones sobre identificación de personas. La comenzaron a llamar la "mamá detective".

Fue a visitar dos veces a Madaf. Le llevó cigarrillos y caramelos de menta y lo obligó a mirarla a los ojos. "Me dijo que él no la mató y me pidió ayuda. Yo le creí", cuenta ahora, en su casa de barrio El Lince, en la capital puntana.

Nelson Madaf y Laura, la compañera de Claudia, coincidieron en afirmar que Claudia no estaba muerta sino que se había fugado debido a que su papá abusaba de ella. El padre, que ya murió, trabajaba en una carpintería y cuando escuchó eso por la radio se rebanó tres dedos. "Jamás la tocó. No habría permitido eso", dice hoy la madre de Claudia.

Sin disculpas. El 24 de febrero de 1998, nueve años después de que desapareció y de que todos la daban por enterrada, Claudia Díaz fue encontrada en Caucete, San Juan. La halló su madre detective, según contó, luego de recibir una llamada anónima. Claudia volvió a San Luis y dijo que luego de que Madaf la acompañó a su casa, no entró y se fue caminando hasta la ruta e hizo dedo. Que lo hizo porque no se sentía querida y le temía a su padre.

Claudia y Nelson nunca más se volvieron a ver. Hasta el mes pasado ella era empleada de limpieza en el shopping de San Luis. Jamás le dio explicaciones ni le pidió perdón. "Ella no sabía que yo estaba preso; qué la voy a culpar", dice Nelson y chupa la bombilla de su mate. "Todavía hay cosas no aclaradas que me gustaría conocer", acota la madre de Claudia, mate en mano. "Nelson ya nos pidió perdón. Viene siempre por acá a tomar mate. Él fue otra víctima", dice Laura Godoy. "Nelson tiene consecuencias psíquicas gravísimas y un 90 por ciento de incapacidad física", recuerda su abogado Pereyra.

"Me dicen que soy un fantasma, que no me encuentran nunca. Acá en el campo estoy tranquilo. No soporto más todo lo otro". Dice Nelson Madaf.
EL pobre tipo, que está arruinado de por vida (bien definido como "muerto en vida"), se contagió SIDA de haber sido inyectado con varias cosas con jeringas infectadas y recontra usadas. También habla al principio de sus muelas, pero no aclara que la policía le arrancó muelas y dientes con botellas rotas. Lo colgaron de un árbol de los brazos y lo molían a palos como una piñata. Lo enterraron un par de veces en tierra húmeda, dejándole solo la cabeza afuera.
Cuando confiesa Nelson, van al lugar que indicó y bastaron unos pocos huesos que encontraron (como dice la nota) que sirvieran de "prueba", aunque eran huesos de perro.

La enseñanza de todo esto, Yen, es que con tortura confesás todo. Lo que hiciste y lo que ni hiciste. Y bien lo saben, y por eso se aplica a nivel mundial.

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julyto
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Mensaje por julyto » Lun Jul 15, 2013 4:03 am

Artículo:
"La justificación de la tortura a partir de las biopolíticas actuales"
de Silvia Patricia Arias Abad"
Universidad de Guadalajara (México)
Resumen: El sentido de la Biopolítica tendría que estar ligado a todos aquellos instrumentos políticos necesarios para la preservación de la vida de los ciudadanos, sin embargo, en la práctica se ha desvirtuado dicho significado. Hoy somos testigos de cómo naciones que se dicen practicantes de la democracia justifican y legitiman el uso del poder (biopoder) sobre la vida misma, no para defenderla, sino para destruirla. La tortura es en la actualidad una práctica que refleja hasta dónde el poder del Estado puede destruir el cuerpo de los ciudadanos sin el mínimo reparo en sus derechos humanos ni en el respeto a su integridad física y psicológica.
http://congresos.um.es/filosofiajoven/f ... /7561/7291


Artículo de AMNISTÍA INTERNACIONAL sobre la Tortura
http://www.amnesty.org/es/campaigns/cou ... or-torture
"La convicción es un lujo de quienes sólo contemplan". - William Parcher

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Mensaje por Yenki » Lun Jul 15, 2013 5:41 am

Trigo un espanto que pase eso.

Que estados totalitarios como China, Corea del Norte, Cuba o Rusia comentan abusos es preocupante, pero yo no puedo tolerar que supuestas "democracias" como EEUU, Israel , o Argentina apoyen estos excesos cada vez con más naturalidad.
Están destrozando el estado de derecho y la igualdad ante la ley.

Evidentemente dejan ver que hay dos clases para algunos hay ley y para otros no , un árabe en manos de la CIA, un palestino en manos de la milicia israelí o una persona de clase baja en San Luis, (¡cuántos más habrá que no sabemos?), no tienen chances de un trato justo y legal.


Muy claro el informe de Amnistía Internacional, Julyto.


Pesonalmente creo que en "la ley de la selva" uno sabe a que atenerse, el que tiene el arma más poderosa gana.
Pero esta situación es peor aún, hay un estado de derecho que desvanece desde los abusos gubernamentales y no funciona, hay una clase política que simula respetar los derechos y no lo hace, y la "ley de la selva" -donde gana el más cruel-, pasa a ser la norma.

Es un retroceso enorme como raza, volvemos al barbarismo.

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