"Gambito de dama" miniserie de 7 programas
Luego de verla ratifico mi sugerencia de
no ver el avance oficial, muestran imágenes de los episodios finales que no son necesarias y arruinan la trama si son memoriosos.
El argumento cuenta la vida de una adolescente que es un prodigio en el ajedrez y su evolución en ese mundo de competencias profesionales, así como sus vínculos con la gente que la rodea, muy poca.
Me gustó la personalidad que el creador le da, callada, es retraída, tiene trato cercano con una persona a la vez, en ella la procesión va por dentro, mucho de lo que siente lo trasmite solo con gestos y miradas.
No es una adolescente normal. Tampoco es perfecta, tiene una personalidad que la hace caer en adicciones.
Y el ser huérfana desde chica también va a afectar su vida.
La interpretación de Anya Taylor-Joy me agradó, luce impiadosa en las partidas y más vulnerable en la vida.
La serie sigue a la jovencita llamada Beth Harmon en su carrera frente a los tableros a través de los años en un mundo de hombres, si tuviera que criticarle algo no es la actuación sino que la edad que tiene en la historia en los primeros episodios ambientados a principios de la década de 1960 no luce de quinceañera o de 17 años, debía tener en realidad 22 y eso se nota... pero tampoco pueden hacer magia.
No hay momentos de violencia o gran suspenso, el atractivo es el relato en sí que solo sigue a Beth Harmon y la forma en que uno va conociendo su vida, que cambia mucho a lo largo de los 7 programas.
La vi como
un drama atrapante que puede ser visto por adolescentes pues no hay mucha crudeza.
A veces la protagonista recuerda hechos previos de su niñez que no tienen que ver con su talento ajedrecístico y eso nos ayuda a entender su presente.
Ella a lo largo de la carrera mientras destaca en ese mundo de hombres, va teniendo contacto con ajedrecistas, siempre varones, el campeón estatal de Kentucky, otro campeón nacional, Benny Watts.
En el reparto todos me parecieron buenos intérpretes y además no lucen falsos, ni plastificados, tienen caras normales, son parte de una minoría que aprecia el ajedrez, y no modelos publicitarios.
La actriz que hace de su madre adoptiva me agradó en su papel también, se llama Marielle Heller.
El elenco me pareció bien elegido, me gustaron las interpretaciones de Jolene, la amiga del orfanato, y el campeón nacional (Benny Watts), que anda con sombrero mientras juega, su nombre es Thomas Brodie-Sangster y fue el único actor que reconocí de algún trabajo previo, era un niño en esa gran comedia romántica del 2003, Realmente Amor, (en inglés
Love Actually).
Desde el primer episodio me impactó por el detalle y la credibilidad de los escenarios, así como el vestuario los muebles y accesorios, vehículos, los cortes de pelo, que hoy lucen extraños pero verosímiles para la época de esta ficción. Además como en la personalidad de Beth hacen que sea amante de la ropa, su vestuario cambia mucho y siempre parece a tono con la época. La iluminación también me pareció destacable.
El aspecto visual de toda la miniserie me pareció atractivo, creíble y percibí hasta una cierta personalidad.
El director además me pareció bueno, las escenas son agradables de ver, destaca los entornos, atrapa con la historia sin frenesí.
Otra cosa importante,
se disfruta aún sin saber jugar ajedrez.
El buen estilo de producción y visual se aprecia en todos los episodios, los cuales a su vez finalizan con ganchos sutiles que incitan a mirar el próximo, pues uno quiere ver qué le pasa a Beth. Es que ella tiene un talento que es evidente y un talón de Aquiles que también la afecta.
Hay historias filmadas que atrapan creando suspenso y poniendo tenso al espectador, otras lo llevan de la mano por un relato atractivo con protagonistas atrapantes, (pienso en ejemplo clásico como Forrest Gump o The Truman Show), esta serie tiene eso. Está muy bien contada y realizada.
El final sin ser malo me resultó un tanto brusco, como apresurado, si bien cierra la historia, lo vi sin un redondeo global, para mí gusto deja cabos sueltos.
La caminata final por esa Moscú desconocida, me pareció que no aporta nada y evita conclusión clara de la historia. (Además el director deja el estabilizador de lado y eso me saca, -ese bamboleo final de cámara podría significar algo como oposición a toda la placidez que mostró en los el 95 % de la saga, no quiero agregar nada que arruine la trama así que no profundizo sobre eso- pero igual me molestó).
La miniserie me pareció lo mejor que visto en el año, estimo que globalmente merece
8 yenes.
Es tan buena que es de esas que uno dice, podría verla de nuevo en algunos meses y la volvería a disfrutar.
