Neill Blomkamp se hizo reconocido en el 2009 con la muy buena película de ciencia ficción,
District 9, yo en su momento aborrecí su estilo de filmación pero me disfruté el argumento pues la idea era original, y lo comenté
por acá,
También dirige esta producción protagonizada por Matt Damon y estrenada en el 2013.
Y al igual que en aquella plantea una historia en un futuro muy negro.
Los ricos del planeta no viven en él, sino en una enorme estación espacial que es casi como una ciudad.
Imaginen una cubierta de motocicleta, la goma sola sin cámara ni llanta, hagan de eso algo enorme, y que en la cara opuesta a la que pisaría la ruta construyen en forma de anillo viviendas, calles, edificios. Eso es Elysium, un refugio para los ricos del planeta y sus mansiones con lagos artificiales.
La tierra en cambio es una gran villa miseria.
El director muestra una ciudad de Los Ángeles en el 2154 que parece más un barrio en algún país árabe en medio de una guerra civil, mucho cemento, edificios bajos de ladrillos, pero los habitantes son latinos, hablan español, podrían ser mexicanos. Todos pobres y miserables son controlados como presos por la tecnología robótica de los ricos sobre sus cabezas.
La cárcel es toda la tierra.
A Blomkamp le gusta mostrarnos diseños futuristas de naves y soldados, en general son más bien tétricos y
despersonalizados. Voces con tono a lata, ojos de cámaras de video y manos de metal, como
terminators sin piel y con mucho fierro a la vista, en los humanos abundan los exoesqueletos.
Esos diseños me agradan pero lo que tiene que ver con la estación espacial me pareció exagerado, la estética, de salones luminosos y blancos, que pasan a otros oscuros sin sentido, el aspecto de la gente, todos en la base/ciudad orbital parecen salidos de una fiesta de gala, incluso los que manejan radares y la seguridad de la misma, lucen como en una función de ópera.
En el reparto están de nuevo Sharlto Copley, que protagonizó también
Distrito 9, y también Jodi Foster, que no se ve mucho en cine en los últimos años. El rostro lindo está a cargo de la brasileña Alice Braga. Diego Luna hace de amigo fiel del protagonista.
Es bastante desagradable que Blomkamp mueva la cámara en forma innecesaria en momentos donde no pasa nada, es como si la llevara al hombro y me rompe la paciencia. Pero el criminal también arruina de forma superlativa las escenas de acción, al hacerte sentir durante medio minuto que te patea la cabeza y a veces, no siempre, darte apenas dos segundos de cámara lenta. Algunas cosas pasan tan rápido que apenas se perciben, realmente inentedible.
El argumento no me agradó tanto, lo que pasa en la primera media hora con las naves espaciales es ilógico, si
llegaran a su destino no les serviría de nada.
Lo del derrocamiento organizado en dos minutos tampoco me convenció.
Ni hablar del quirófano que parece más mugriento que un taller mecánico...
El personaje de Sharlto Copley, Kruger, no tiene pies ni cabeza.
Si uno se banca eso, los últimos 50 minutos se tornan más atrapantes pues la historia se complica.
Cuando el final llega, luego de las convulsiones provocadas por las escenas de acción, es malo, una ensalada sin sentido ni coherencia, ilógico.
Básicamente, acá vi un
entorno de ciencia ficción interesante, arruinado por el director y un argumento muy pobre, no hay filme que aguante eso.
Para mí merece
5 yenes, es olvidable