Los que tienen millones no necesitan tener razón para impedir la competencia o productos que afectan sus monopolios, la igualdad ante la ley es verso si no tenés plata para pagar abogados, ellos la tienen, los programadores de proyectos como Popcorn Time no.
De hecho, el abuso es tal que los gobiernos y grupos de defensa de los monopolios hacen que emprendimientos perfectamente legales como Lavabit cierren.
Por un lado sacan leyes injustas para favorecer sus intereses y si alguen hace algo legal, lo amenazan con demandas que sólo los ricos pueden costear.
Orión, tenía razón al hablar de que el abrir el código iba a hacer mucho más difícil, sino imposible, que el proyecto desaparezca.
Eso no pasa con los programas de código cerrado que impiden que los programadores vean como hicieron las cosas.
Lavabit no abrió su código, y desapareció, sus herramientas para encriptar se perdieron.
Popcorn Time sí lo hizo y se aseguró que no desaparecería, si había interesados en continuar la idea.
Ya hay un heredero de Popcorn Time
La gente del grupo de ripeo de filmes YTS, antes Yify, se van a hacer cargo del desarrollodo a partir de Popcorn Time, según cuentan en
Torrent Freak.
Ya tienen una
página web en el repositorio github.com,
Las URLs para YTS son
http://yts.re/ o
http://yts.im/
Yify fue uno de los grupos que empezó a compartir filmes en el 2010, en el 2011 ya tenían una página. En enero pasado su fundador, apodado Yify, se retiró, y la gente que quedó cambió el nombre del grupo a YTS (
fuente).
Me gustaron dos notas de opinión sobre esta aplicación revolucionaria por su facilidad de uso.
-
Por qué Popcorn Time nos cae bien, en periodismo.com
- y
Popcorn Time, auge, caída y la nueva versión de YIFY en tecnogeek.com
Esta última es más osada en sus dichos y habla más de como la mafia del contenido está presionando para sacar leyes que defienden los monopolios del derecho de copia.
De ahí tomo
Cualquiera que quiera competir de alguna forma con organizaciones mafiosas como la MPAA y la RIAA sabe lo que significa la libertad, es decir, que no existe tal cosa y mucho menos la legalidad.
Es decir, en muchos países es plenamente ilegal compartir una película o una canción, suena antinatural porque lo es, pero compartir es considerado un crimen al nivel del terrorismo por organizaciones como el FBI que han sido cooptadas hace años por el lobby del copyright. Dedican más esfuerzo a perseguir a un adolescente bajando canciones que a un asesino serial.
Esto es un hecho y las leyes en los EEUU siguen yendo en ese camino, los líderes políticos hace dos décadas que demuestran la más absoluta intención de destruir el derecho individiual y podríamos seguir discutiendo sobre eso decenas de palabras pero no es lo importante ahora. El hecho es que pelearse contra una industria muy poderosa y bien bancada no es negocio para nadie.
El proyecto de Popcorn Time era tan sólo un experimento que se fue de las manos, de ser una ayuda para una amiga que no sabía usar torrents a una aplicación con un millón de descargas. Si uno logra esto hay dos caminos posibles: cerrar todo a tiempo o juntar dinero, abogados y litigios.
Si no hay dinero hay un sólo camino posible, el cierre a tiempo, no demorarse demasiado. Gente como el creador de Cuevana quisieron seguir cuando debían irse y la pasaron muy mal. La gente de Taringa tuvo que cerrar todas las descargas, fue medio a destiempo pero dentro de todo lograron contener algo del problema. Al día de hoy siguen lidiando con causas judiciales y su única suerte es haber hecho todo en Argentina que no tiene un sistema legal muy instruído.
Los casos en España derivaron, casi todos, en juicios y pérdidas enormes para sus creadores, aun cuando linkear es legal, hay mil y unas formas legales de atacarlos, lo mínimo es lo básico, tan sólo demandar, si el demandado no puede pagar un abogado se puede conseguir mucho. Y eso les iba a pasar a los de Popcron Time porque no tenían un centavo ya que la aplicación no generaba ingresos.