El título sueco literalmente es El castillo de aire que estalló, en inglés La chica que pateó el nido de avispas me gusta más, y el hispano me parece un mal chiste.

Esta tercera parte es la más larga de las tres, 854 carillas en la edición normal.
Después de haber quedado todo en medio de un gran interrogante sanguinolento en la segunda novela, uno llega libro con avidez.
Para encontrarse al principio con algo atractivo.
Salander está indefensa y aislada en un hospital. Pero no está a salvo, puede morir por sus heridas o por los enemigos que la acechan.
Blomkvist, el que más conoce sus secretos está afuera tratando de ayudarla, mientras ella lo ignora.
Lo que degrada la saga para mí es que el autor en esta tercera parte cambia el género de la novela, si las dos primeras tenían un importante componente de suspenso y crímenes cruentos, acá todo pasa a ser una cosa menos violenta, como de espías, todo es más de conspiraciones y menos de acción. En el 80 % del libro sentí que ya no era una novela negra.
Aparecen con preponderancia muchos integrantes del servicio secreto sueco, la Säpo o DGP/Seg, y en particular una dependencia interna la Sección de Asuntos Especiales, (SAE, o La Sección), y con esto Larsson crea muchos personajes secundarios nuevos. La novela pasa a ser de espías.
Además de forma incomprensible para mí, el autor empieza a contar una historia paralela vinculada a la socia de Blomkvist, Erika Berger, ¡que no tiene que ver con la principal! y no aporta absolutamente nada a la trama de espionaje y encubrimientos, a la historia de Salander.
Me resultó bastante difícil de entender el motivo para dedicar decenas de páginas dedicadas al nuevo trabajo de la editora en un importante diario de Estocolmo. Para mí fue relleno intrascendente que degrada el texto, y le hace perder intensidad.
Con todo esto, aunque como en las previas el autor escribe claro y sin complicaciones, la tensión decae notablemente, la novela pierde ritmo mucho tiempo, entre charlas conspiraciones, diálogos y descripciones de muchos personajes que no hacen al fondo de la historia troncal.
Por su parte durante la misma Salander cumple 27 años, crece en edad pero el autor no la hace madurar en su forma de ser.
Sigue siendo buena como hacker, y eso la ayuda, su falta de habilidades sociales se mantiene, así como su mal carácter y parquedad.
Al tornar a Salander más egoísta y promiscua, al quitarle los picos de violencia cruenta y situaciones de gran tensión, la novela emociona menos.
Para mí la tercera parte es la más floja de las tres.
Sí, se deja leer pero le sobran como 300 páginas.
Igual que en la primera, la conclusión se va armando lentamente y sólo en las últimas carillas recupera un poco de la violencia, tensión e intensidad de las dos primeras.
Larson dedica decenas de páginas a temas legales, abogados, pruebas, seguimientos, y luego resuelve el vínculo entre los protagonistas en tres páginas, sabe a poco.
El final, no en la forma pero sí en el contenido, me resultó agradable aunque demasiado abrupto y apresurado, luego de haber perdido tantas páginas en cosas menores, merecía más extensión.
Festejo que sea mucho más cerrado que la segunda parte. Además con el autor ya muerto me preocupaba que tuviera un buen cierre la trilogía.
No me desagradó esta tercera parte, pero la disfruté bastante menos que a las dos previas.
Creo que merece 6,5 yenes.
Igual no pude dejar de sentir un poco de tristeza al finalizarla, una angustia como la del último día de vacaciones, por tener casi la certeza de que lo bueno se acaba y casi no hay chances de saber más de Salander y Blomkvist, personajes con los que uno pasó muchas horas.
En sueco las tapas de los libros aludían a portadas de las revistas Millennium.

La degradación de Salander
No cuento cosas específicas de la historia pero si son quisquillosos y van a leerla mejor que no seleccionen el párrafo que sigue.
El hallazgo de la trilogía es la personalidad de la joven.
Si en la primera novela, uno no puede evitar sentir simpatía, por ella, por como es y por lo que padece.
En la segunda se torna un poco más frívola, por eso del viaje a Italia.
Y en la terceraí, y esto es opinión personal es que queda como una ingrata.
Una cosa es ser antisocial, tener problemas con cualquier símbolo de autoridad, ignorar al resto de la gente y sólo hacer lo que a uno se le canta, y otra muy distinta es no valorar a los muchos que se juegan por ella y arriesgan cosas para salvarla.
Si quisiera ella podría cambiarle la vida a varios de los que la ayudaron desinteresadamente, y no lo hace, ni les reconoce nada.
Y hasta les oculta su fortuna.
El que quede casi como una borracha promiscua cuando casi todo finaliza tampoco ayuda.
Recomendaciones para la lectura
Esto que sigue será útil sólo para los lectores de la tercera novela.
Para entender los vínculos de la nueva tanda de personajes y sus funciones me tuve que hacer una lista para no confundirlos.
Algunos secundarios son los siguientes :
El club de Larsson , personajes secundarios
Evert Gullberg (78 años) : jefe original de la Sección de Asuntos Especiales – SAE-, cuando se creó en 1964
Fredik Clinton (68 años): mano derecha de Gullberg en la SAE durante 20 años, y su reemplazante, condujo la sección hasta el 2002.
Per Gunnar Vinge : jefe de la Säpo en 1964, despedido en 1969
Hans Wilhem Francke : director de la Säpo en los 50 y 60, creador de la SAE, murió en los años 90.
Thorbjorn Fälldin: primer ministro sueco al desertar Zalachenko, existió realmente.
Hans Von Rottinger: ex- jefe operativo de la SAE, muerto hace 5 años.
Gunnar Björck : agente de la SAE que recibió a Zalachenko, dejó “la sección” en el 94
Birger Wadensjöö (54 años) : jefe actual de la SAE.
Georg Nyström (60 años) : agente veterano de la SAE
Jonas Sandberg : actual agente de la SAE, es joven
Goran Mårtensson (40 años) : para la SAE, pero figura en otra dependencia, hizo de guardaespaldas.
Torsten Edklinth : jefe de la Säpo actual, de protección constitucional. Tiene 21 años en la Säpo
Anders Berglund: actual agente de la Säpo. Depende de Edklinth
Richard Ekström (42 años): fiscal del caso
Jan Bublanski (52 años): jefe de la investigación policial
Jerker Holmberg (55 años): policía de escena del crimen
Hans Faste (47 años): policía que se enfrenta a Bublanski