Estas muertes superan en número a las que se producen por homicidios y guerras combinados.
En el artículo en La Nación destacan algunos mitos respecto al suicidio y lo que pasa en verdad.El suicidio también es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. En la Argentina, datos del Ministerio de Salud de la Nación indican que de las alrededor de 6573 muertes anuales en el grupo de entre 15 y 24 años, casi 1000 son por suicidio.
Por otro lado hay indicios de que, por cada adulto que lo concreta, más de 20 lo intentan. Este flagelo es particularmente agresivo entre los hombres, que cuadriplican en número a las mujeres.
Mito: El que habla de suicidarse nunca lo hace
Verdad: Las personas que expresan su voluntad de suicidarse pueden estar pidiendo ayuda
Mito: La mayoría de los suicidios son imprevisibles
Verdad: Por el contrario, la mayor parte de las personas da señales de alerta, ya sean verbales o conductuales. Es importante saber cuáles son para detectarlas
Mito: El suicida está decidido a morir
Verdad: No. En general, las personas que se encuentran en esta situación tienen sentimientos ambivalentes. Recibir ayuda emocional en el momento indicado puede prevenirlo
Mito: Un suicida siempre seguirá siéndolo
Verdad: Por el contrario, la mayoría de las veces el riesgo es de corto plazo y por una situación específica. Aunque las ideas pueden volver, no son permanentes
Mito: Sólo son suicidas las personas con desórdenes mentales
Verdad: El comportamiento suicida indica una profunda tristeza, pero no necesariamente una patología mental
Mito: No hay que hablar sobre el suicidio porque puede llevar a las personas a cometerlo
Verdad: Por el estigma que lo rodea, la mayoría de las personas que piensan en él no saben a quién recurrir. Hablar abiertamente puede ayudarlos a contemplar otras opciones o repensar su decisión
Fuente: diariosobrediarios.com
Del mapa me sorprendió la tasa de suicidios de Japón, también la de Corea del Sur,(que hasta donde sabemos se supone un país desarrolado).
También lo de EE. UU., Australia, Francia, y en Escandinavia, Suecia y Finlandia.
Todos estos países dejan ver sociedades prósperas ecómicamente son capaces de tener gente que se quita la vida.