
De casualidad hallé unas fotos de este avión que me impresionaron, pueden verlas en news.com, me sorprendió el confort interior.
Hay otra galería más por acá, que refleja el aterrizaje en EEUU.
Los números son increíbles.
Dicen que Airbus gastó más de 10 mil millones de dólares en el desarrollo y que cada uno sale 319 millones, ya tiene encargados 156 por 14 diferentes empresas.
Es el jet de línea más grande contruído, y la primera nave de pasajeros de doble cubierta.
Puede llevar 555 personas en una configuración con 3 clases de asientos, primera, negocios, y turista; o hasta 853 si son todos los asientos clase turista.
En la cubierta superior tiene 7 baños y en la principal, debajo, 10. Miren como se distribuyen las secciones por acá.
Miren sus dimensiones.

En el sitio del diario El Mundo, ( de donde tomé la imagen anterior), pueden ver una presentación animada del avión, lo describen como el mayor del mundo, puede que lo sea para pasajeros, pero es más grande el Antonov An-225 ucraniano.
Vean el tamaño comparado a la gente.



Voló por primera vez a en abril del 2005, los vuelos comerciales deberían empezar este año.
Este avión es el competidor de Airbus con el Boeing 747.
Puede volar sin aterrizar 15 mil Km y capacidad para llevar 310 mil litros de combustible.
¡Cada avión lleva 500 km de cables!!!!!!!
Se construye en Francia, Alemania, España y el Reino Unido.
Tiene 49 % más de superficie para pasajeros que el Boeing 747-400 y 35 % más de asientos.
En octubre entregaron el primero .
Fuentes: además de los enlaces mencionados, flightglobal.com, la wikipedia.
Hay una entrevista a un diseñador argentino que trabajó en el proyecto en clarin.com de donde tomo un párrafo.
... Así trabajamos, completamente aislados, de 1998 al 2000. Nos querían para la parte creativa, de innovación, para proponer nuevas cosas, usos alternativos. No querían gente contaminada del medio aeronáutico tradicional.
-Cuándo decís aislados, ¿a qué te referís?
Aislados en una oficina de 60 metros cuadrados, en un edificio de Toulouse, con ocho máquinas y encerrados con llave. Había un guardia en la puerta y una lista de seis personas que podían entrar: el presidente de la compañía, el director general del proyecto... Teníamos prohibido hablar con nuestros colegas de la empresa, y con el público en general, de lo que estábamos haciendo. Firmamos cláusulas de confidencialidad que eran libros así –pone las manos paralelas-. Era un proyecto secreto, no se podía saber nada, no se podía mandar nada por mail. Todo por Intranet y codificado. Al principio, nos metieron mucho miedo: no se podía imprimir, mostrar ni sacar nada de la oficina. Las máquinas no tenían ni disketera ni puerto USB. No era chiste. Cuando el proyecto se empezó a hacer público, hubo otra permeabilidad. Cuando se trabaja a ese nivel, las reglas son muy estrictas, muy claras y se cumplen.