Se puso 6 mudas de ropa de algodón y una toallón húmedo en la cara, 4 gorros de lana, y guantes de cuero reforzados y se metíó a un horno de panadería en Rosario, durante 20 minutos a 284 grados.
Hasta certificó el hecho con un escribano y fue filmado por el Canal 5.
Acosta hace 30 años que repara hornos de este tipo y está un poco acostumbrado pues los trabajos se hacen con los mismos encendidos.
Según cuenta el único antecedente al respecto en el libro Guinness menciona a unos soldados norteamericano que soportaron con ropa especial 260 grados en la Segunda Guerra Mundial.
También dice que en una prueba anterior entró con un pollo congelado, lo tuvo 35 minutos en sus manos y lo sacó cocido, aunque no había escribano esa vez.
Fuentes: hispamp3.com, lacapital.com.ar, y noticiasya.com.

