Cuando me sumergí en esta película de 2 horas 19 minutos, esperaba ver algo de ciencia ficción con un tono clásico, donde había viajes entre universos paralelos.
No obstante en el primer cuarto de hota de la misma la percibí como una desordenada tragicomedia, una ambientación y diálogos de una parodia, un grotesco donde la protagonista, Evelyn Wang, es una abrumada mujer madura que está agobiada por mil temas de la vida diaria. Con diálogos que no paran.
Un negocio de lavandería que no va bien y está en problemas con los impuestos, sobreexigencia para con un padre, trabajo atrasado, una hija abandonó la universidad, que tiene una novia y eso va en contra de la tradición familiar china.
Los primeros 25 minutos son de un grotesto extraño, pero sin un gran tono dramático, lo que ve el espectador no es trágico, el parloteo no tiene pausa.
Acá los actores tienen todos rasgos asiáticos y hablan mayormente en inglés pero también un poco en algún lenguaje de allá.
Esa muy rara introducción y ambiente va a llevar a que la señora dueña de la lavandería, Evelyn Wang, empiece a conocer que hay universos paralelos. Pero incluso el sitio donde se entera de eso es muy estrafalario, una oficina de impuestos estadounidense, el IRS.
La primer intérprete occidental de peso que aparece es Jamie Lee Curtis, fue lo que más me agradó de esa confusión desordenada que es la primera media hora. Su personaje es la encarnación de uno animado de Pixar, una empleada pública impositiva, extravagante, afeada, desprolija, una caricatura sesentona de carne y hueso.
Luego de 45 minutos ya tenía en claro que miraba una comedia de acción, con un toque de ciencia ficción.
Alrededor de la hora de duración la vi más interesante en su delirio de viajes entre universos.
Lo vinculado al personaje Jobu Tupaki es muy absurdo, incongruente.
Las peleas se muestran bien irreales y sin emoción, nadie sufre.
Mas allá del estilo caótico del relato, siempre pasa algo, y la dirección la acompaña en forma acorde, uno no tiene tiempo de pensar mucho sobre lo que se cuenta, ni de su coherencia, todo es trepidante.
Creo que los actores son adecuados, Michelle Yeoh, hace algunas escenas un poco dramáticas, pero pelea menos de lo que yo esperaba.
Su marido muestra distintas personalidades en los diferentes mundos, buscando el nombre del actor, Ke Huy Quan, vi que era
el niño asiático en
Indiana Jones y el templo de la perdición de 1984.
La actriz que hace de hija también me pareció buena intérprete, y su nombre es Stephanie Hsu.
Hay varias referencias a filmes conocidos, 2001 Odisea del espacio, Ratatouille, y Matrix por ejemplo.
Pero no hay tecnología avanzada, ni marcianos, ni naves espaciales. Mayormente transcurre dentro de espacios cerrados, sin grandes paisajes y depliegues amplios.
Percibí en la historia distintos tonos, parodia al inicio, filme de aventuras con acción al medio y epílogo melodramático muy dilatado y simplista. Para mí
el relato se siente como ensalada colorida, una mezcolanza poco concreta, que toca distintos géneros y ninguno en profundidad.
Las escenas vinculadas a inserciones anales son innecesarias y no solo no aportan nada, restan, por más que sean en tono de comedia -de mal gusto-.
Los minutos finales cruciales donde todo se decide, me parecieron demasiados, duran mucho, son confusos, incoherentes, aburridos, dignos de telenovelas lacrimógenas,
uno de los peores finales que recuerde.
Es un filme distinto sí, pero la mezcla de parodia, con ciencia ficción, peleas irreales sin emoción, epílogo larguísmo meloso y lleno de lugares comunes, no lo hacen destacable.
La crítica y el público la alaban en
metacritic.com e
imdb.com.
Para mí merece
5 yenes.