Esta película es del año 1999.
Sin saber mucho de la misma la miré y fue una agradable sorpresa.
Cuenta la historia de un grupo de guardiacárceles que son responsables de cuidar a los condenados a muerte que esperan la ejecución en una prisión del estado sureño de Lousiana en los años 30.
El protagonista que interpreta Tom Hanks es el jefe de un grupo de guardias que vigilan a los condenados a la silla eléctrica.
Al inicio parece un filme realista que muestra ese sur tosco y salvaje con mucha gente pobre.
Hasta que llega un preso que no es normal, un acusado de asesinar y violar a dos niñas blancas.
Este es el disparador para un argumento que gira hacia lo fantástico.
El acusado se llama John Coffey y es interpretado por Michael Clarke Duncan, un negro que mide casi dos metros, y cuya actuación me gustó por su interpretación de ese preso resignado y agobiado, que tiene un gran secreto.
Dos son las cosas que aprecio fundamentalmente, por un lado el ritmo.
Si bien tiene un toque de suspenso, y momentos de tensión, lo vi como una producción muy hablada, donde los diálogos pesan más que lo visual.
Lo que pasa entretiene siempre pues hay subtramas secundarias que se suman y vinculan a la principal.
Por ejemplo la historia familiar del jefe de la prisión, y todo lo que tiene que ver con la mascota amaestrada, o la del sádico guardia acomodado por sus contactos que es muy odiable y representado muy bien para mí , por un actor que no reconocía, Doug Hutchison.
El momento es que arman la silla de ejecución lo vi como un enorme alegato contral la crueldad estatal, pues deja ver que no sólo se ejecuta a la gente, sino que además se la hace sufrir como parte del proceso legal.
Es como sadismo oficial.
Por otro lado me pareció sobresaliente el reparto en general. No hay modelos, músculos marcados, chicas sensuales, ... hay gente normal, y buenos actores.
Todos lucen creíbles, Tom Hanks tiene oficio, sus compañeros y amigos en la prisión están bien, las esposas lucen reales. Y hasta los prisioneros tienen sus personalidades.
Es un filme largo y atrapante, unas dos horas y veinte minutos, no porque haya tiroteos, o persecusiones, o por su despliegue visual, en este último rubro es bastante modesto realmente, pero para mí está muy bien contado.
Entretiene mientras uno descubre la historia.
Mientras más avanza la trama más fantasiosa se torna.
Cuando vi al final que el director era Frank Darabont, entendí por qué me había gustado su estilo, fue el que estuvo detrás de uno de mis filmes preferidos, The Shawshank Redeption, o Sueños de Libertad.
Ambas películas se basan en historias de Stephen King de los que Darabont hizo el guión para cine, ambas son en prisiones.
Si tuviera algo que criticarle algo al tono de esta producción es que los guardias liderados por Paul Edgecomb, (Tom Hanks), son demasiado buenos, su trabajo es lidiar con lo peor de lo peor, y los tratan como si fuesen buena gente.
No obstante creo que es muy recomendable, que no hay que perderse si uno disfruta del suspenso con un toque de fantasía. Para mí es para mayores de edad, por eso de la carne quemada....
Le doy 8,5 yenes.
