En el oeste de EE.UU. y Canadá se habla de Open Range, traducido sería algo como "pasturas abiertas", aludiendo a los territorios donde el ganado puede alimentarse libremente independientemente de quien sea el dueño de la tierra. En estos sitios donde rige esta "ley de pastizales abiertos", quien desee evitar que los animales de otras personas pasen por sus tierras, debe alambrarlas.
Este filme de vaqueros fue protagonizado, coproducido y dirigido por Kevin Costner en el año 2003.
Apenas empieza uno conoce a los cuatro protagonistas, vaqueros que llevan ganado a través del país.
Dos veteranos, Costner como Charley Waite, y Robert Duvall como Boss Spearman, los acompañan dos jóvenes, el gigantón Mose (Abraham Benrubi), y Button, un adolescente Diego Luna.
En los primeros minutos no hay acción pero el director hace disfrutar con hermosos paisajes plenos de verde y horizontes con montañas. El espectador ve como la autoridad de los adultos se respeta, ellos mandan y los jóvenes obedecen. Lo mayores son la referencia, deciden. También se exhibe el modo de vida rústico, pleno de esfuerzo físico.
A la media hora la tensión se muestra con jinetes sin rostro y al acecho.
Cuando nos enteramos que es el año 1882 por la fecha en un tumba improvisada, el tono bucólico inicial se perdió y todo preludia pólvora.
La iluminación no me pareció realista, pero está hecha de forma tal que todo luce mejor que en la vida real.
Al avanzar la trama el espectador ve mejor la relación entre los dos vaqueros que son socios por muchos años y casi no saben nada uno del otro.
La interpretaciones me agradaron mucho, el vínculo tosco y parco entre ambos se sustenta en el respeto y el coraje como equipo.
Tienen que enfrentar a muchos rivales que dependen del rico del pueblo, un ganadero al que le molestan los que llevan vacas por sus tierras.
Creo que hay algunos guiones y realizadores que hacen ver a los personajes más atrayentes de los que son los actores en la vida real. Y me parece que con Annette Bening en este caso pasa eso.
La dirección de Kevin Coster me pareció aceptable, muy visual y espectacular al mostrar el entorno, la disfruté el 95 % del tiempo, salvo cuando en escenas de tensión movía los planos levemente,... sí, valoro mucho la estabilidad de la cámara.
Este es un filme del lejano oeste clásico, de esos que se ven menos cada vez y tiene un halo de superproducción de Hollywood de antaño.
Hay multitud de malos abominables y feos, y poquitos valerosos y buenos, hay tiros, suspenso, y un gran duelo.
Hay también una insinuación romántica más sugerida que concretada, bien implementada para que sea agradable.
Y un valorable aprecio por la fraternidad, la unión leal para con los pares en tiempos aciagos, cercanos a la muerte.
Como el filme es largo, 2 horas 19 minutos, no es algo frenético, pero me resultó atractivo para ver.
Creo que también muestra algunos lugares comunes del género, (no me parece creíble que alguien dispare un revolver desde la cintura abanicando el percutor y le pegue a algo, para gente que vive todo el año sin un baño y durmiendo vestidos, la ropa que muestran está demasiado limpia).
Lo que más disfruté fueron las actuaciones, y la realización, lo que menos me gustó es el final .
No obstante creo que merece 7 yenes.
Esta película me la recomendó Beef, un compañero de gremio, en Guild Wars 2, y como fue quien me había aconsejado previamente otra película que disfruté mucho por su bestial y atípica sátira social, Idiocracy, la tenía que mirar. No le erró, no me pareció sobresaliente, pero sí disfrutable.
